Muchas personas recurren a conferencias, cursillos, terapeutas y maestros de todo tipo para hallar una guía en momentos de confusión o simplemente para mejorar cualquier aspecto de su vida: sentimental, profesional, espiritual…y olvidan que los genios del séptimo arte han plasmado en la pantalla historias tan inspiradoras como la mejor de las fábulas , películas que nos dejan una huella profunda y nos impulsan a realizar cambios. No es la primera vez que en " El árbol de la Ciencia " utilizo el cine o los medios audiovisuales como herramienta didáctica o terapéutica. Desde que tengo uso de razón recuerdo con mucho cariño las tardes de fines de semana lluviosas, cómo acudía al videoclub del barrio en busca de una historia que me trasportara a un mundo mágico de luz, de emociones, dónde poder vivir mil aventuras lejos del salón frío de casa. Pero también recuerdo cómo aquellas imágenes en la televisión, aquella música, o las gracias y desgracias de aquellos personaje...