CINETERAPIA




Muchas personas recurren a conferencias, cursillos, terapeutas y maestros de todo tipo para hallar una guía en momentos de confusión o simplemente para mejorar cualquier aspecto de su vida: sentimental, profesional, espiritual…y olvidan que los genios del séptimo arte han plasmado en la pantalla historias tan inspiradoras como la mejor de las fábulas, películas que nos dejan una huella profunda y nos impulsan a realizar cambios. No es la primera vez que en "El árbol de la Ciencia" utilizo el cine o los medios audiovisuales como herramienta didáctica o terapéutica.


Desde que tengo uso de razón recuerdo con mucho cariño las tardes de fines de semana lluviosas, cómo acudía al videoclub del barrio en busca de una historia que me trasportara a un mundo mágico de luz, de emociones, dónde poder vivir mil aventuras lejos del salón frío de casa. Pero también recuerdo cómo aquellas imágenes en la televisión, aquella música, o las gracias y desgracias de aquellos personajes, que se habían convertido en mis amigos o en parte de mi familia durante hora y media, habían influido en mi estado emocional para bien o para mal, habían conseguido conectar con mi sistema límbico y empatizaba totalmente con sus vivencias.

Las películas normalmente son analizadas por expertos en cine según sus aspectos técnicos. Hablan de la trayectoria del director, los actores, la fotografía, pero pocas veces se centran los artículos en lo que es la psicología que hay detrás de cada película que, en un nivel básico, se puede aplicar a la vida diaria.

Cuando los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo con el fin de reproducir las imágenes en movimiento, jamás se pensaron que iban a dar alas a George Méliès para la creación de un espectáculo mágico, el cine. A lo largo de la historia el séptimo arte ha pasado por numerosas facetas y, sobre todo avances. Sin embargo, lo que menos creían estos tres del siglo XIX es que terminaría siendo usado por terapeutas, psicólogos y psiquiatras para tratar a los pacientes.

El cine se ha convertido, quizás, en el agitador de emociones más poderoso que existe. Una sola película puede hacernos llorar, reír, reflexionar, renovar nuestra confianza en el prójimo. Sabedores de esta capacidad de remover conciencias y sentimientos, algunos psicólogos han decidido convertir el celuloide en una herramienta de trabajo para ayudar a sus pacientes. Así nació la cineterapia, una corriente que surgió con fuerza en Estados Unidos de la mano de la pareja de psicólogos americanos John y Jan Hesley, autores también del libro Alquila dos películas y hablamos por la mañana. Ambos recomendaban películas a sus pacientes de manera esporádica. Pero el éxito con un paciente concreto, que consiguió identificar su problema viendo un largometraje, les llevo a plantearse más seriamente la influencia de la ficción en los tratamientos.

Según los últimos estudios, las enfermedades mentales serán las más comunes en las sociedades desarrolladas del siglo XXI. La psicología no deja de abrir nuevas vías de análisis del comportamiento humano con vistas a conseguir soluciones y tratamientos eficaces que frenen ansiedad, depresión o estrés. Con la ‘Cineterapia, los expertos recurren a determinadas películas para que una persona en tratamiento psicológico pueda, sin excesivas dificultades, identificar cuál es su problema, se vea motivado a comunicar mejor sus emociones y logre así resolver ese asunto con recursos propios. Muchas veces las personas se sienten identificadas con el personaje de una película. También reflexionan sobre temas que se planteaban en la ficción de una pantalla. Además, normalmente se eligen los filmes a ver el en cine dependiendo del estado de ánimo.

La doctora Birgit Walz, una terapeuta de California, asegura que la ‘Cineterapia’ es una forma de sanación para los que estén abiertos a la posibilidad de aprender de qué manera las películas afectan a la gente, y de tratar de verlas con atención. Esta práctica permite recurrir a la imagen, la trama, la música, el color y otros elementos fílmicos, para llegar a comprender, inspirar y descargar emociones. Este tipo de sensaciones ayudan a hacer cambios en las vidas de las personas y evolucionar.


Se trata de la terapia del siglo XXI, que puede tener un efecto positivo en la mayoría de las personas. La ‘Cineterapia’ genera la excusa perfecta para ir al cine y disfrutar, desde otro punto de vista, de la magia y el encanto del séptimo arte. Por el momento, su aplicación ha resultado exitosa en casos de relaciones conflictivas de pareja, de la transición de la adolescencia a la edad adulta, del dolor por la pérdida de un ser querido, el abuso físico y mental en la infancia o los prejuicios sociales. Incluso, una universidad californiana está realizando un proyecto de investigación sobre los efectos de la risa y el humor en enfermos terminales de cáncer. El precedente se encuentra en la psiconeuroinmunología, una especialidad que estudia cómo inciden las emociones en el sistema inmunológico y que defiende el humor como vía para mantener la salud.


Un buen ejemplo lo tenemos en el libro de cine de Francesc Miralles que presenta los mensajes de 35 películas inspiradoras e imprescindibles que tienen el poder de modelar el estado de ánimo del lector y orientar su vida. Cada capítulo aborda los mensajes de una película, que se puede visionar o no en paralelo, para extraer todo su néctar de sabiduría práctica. Se recurre al cine como medio didáctico y terapéutico para conectar la película con las emociones de los espectadores.


En nuestra sociedad lo emocional no tiene mucha cabida y, aunque cada vez más se habla de inteligencia emocional y hay más cursos y libros sobre el tema, es cierto que carecemos de recursos desde los que vivir situaciones que requieren sumergirnos en el mundo emocional. Las películas que por lo general ayudan a desactivar el neocórtex y ponen en funcionamiento directamente el sistema límbico pueden ser de gran ayuda. El cine sirve como evasión, reflexión y recreo, pero además puede ayudarnos a tener una vida mejor. Se trata de drenar tensiones emocionales empatizando con las historias de las películas. La película no se analiza, sino que se utiliza como un recurso de desarrollo y superación personal.

"Ningún arte traspasa nuestra consciencia y toca directamente nuestras emociones, profundizando en los oscuros habitáculos de nuestras almas, como lo hace el cine", decía el director de cine Ingmar Bergman. Y eso mismo o algo parecido piensa la doctora Mercedes Martínez Moreno, terapeuta y criminóloga desde 1985, que ha desarrollado Medi-Cine para acompañar en su dolor y proceso de cambio a las víctimas. "En ocasiones me daba cuenta de que a los pacientes les costaba ver otras posibilidades para sus vidas y les era muy difícil salir de sus contextos habituales para tener otros modelos de comportamientos. Por eso empecé a ofrecerles ver películas sobre temas parecidos a las circunstancias que estaban atravesando", afirma la Martínez Moreno. Medi-Cine (www.medi-cine.es) es un método de auto indagación que ayuda a resolver conflictos emocionales a través del visionado de películas en un determinado orden, prescritas por un terapeuta. "Mercedes me propone un juego asombroso, inspirarme en personajes de película para dar respuesta a mis desasosiegos y quebrantos. Puestos a imaginar, mejor ponerse en la piel de algún héroe vulnerable o de algún anti héroe empático y enfrentarse al presente como si fuera lo mejor que nos puede pasar", dice Ismael Calero, uno de sus pacientes.

Según los médicos que apoyan esta tendencia, mediante la contemplación de conocidas películas, el paciente puede llegar a identificar cuál es su problema y encontrar una motivación para comunicar mejor sus emociones, lo que contribuirá a resolver su conflicto. Pero ¡ojo! también hay que ser cuidadoso con la elección de los filmes porque no todos representan modelos a seguir y algunas muestran contextos poco realistas. "Por eso no se trata de ver solo una, sino una serie de películas, que van a favorecer un estado de ánimo determinado, para activar la evolución en un proceso de cambio", explica Martínez Moreno.

Te doy mis ojos de la directora Icíar Bollaín, es una película clave para identificar los malos tratos en la pareja y las diferentes actitudes que surgen en la familia y seres cercanos. Pero hay muchas más: Si de verdad quieres de David Frankel para los problemas de pareja, Como una imagen de Agnès Jaoui para complejos sobre el cuerpo y la posición social o Celebración de Thomas Vintemberg que, según nos cuenta Mercedes, fue definitiva para eliminar el sentimiento de culpabilidad de uno de sus pacientes que sufrió abusos sexuales en su infancia.

Ahora la doctora Martínez Moreno trata de llevar este método terapéutico a los hospitales. Convencida de que los beneficios de ver cine guidado por un terapeuta, en el entorno hospitalario, son múltiples para los pacientes, los familiares, acompañantes y para el personal sanitario.

¿ Y tú qué opinas? ¿ Crees que la Cineterapia sería un buen método para trabajar con tus problemas?


Comentarios

  1. Interesante estrategia. Y útil. Yo suelo utilizar pequeños cortometrajes en terapia, utilizando la identificación del usuario con alguno de los personajes o con el problema que lo ha traído hasta mi. Cero que este tipo de recursos son de gran utilidad, y seguramente poco aprovechados.

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  2. Gracias por.tu.aportación...estoy totalmente.de acuerdo contigo....esperemos.que.poco.a poco.se impartan más talleres o.cursos.sobre.esta temática......un fuerte.abrazo.

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  3. El cine es también un vehículo de comunicación, y eso lo convierte en una herramienta poderosa para transmitir ideas. Si a eso se le suma el poder de la imagen, se convierte también en un expositor de "modelos", tanto en un sentido positivo como negativo. Y en la medida en que aceptemos "dejarnos llevar" por la propuesta de la historia contada, puede ser un medio de expresión de emociones. El aprovechamiento que un terapeuta puede hacer de todo eso es inmenso, asumiendo, claro está, que tiene claro el objetivo y la finalidad: ¿enfocar situaciones desde otra perspectiva?, ¿inspirar y motivar?, ¿enseñar habilidades de afrontamiento?, ¿ayudar a expresar sentimientos?... Las posibilidades son muy amplias.

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  4. Totalmente de acuerdo Freddy, esa es la idea. Tendremos que seguir profundizando en la mejor manera de hacer uso de esta fantástica herramienta....no crees?

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